miércoles, 31 de julio de 2013

"Estar en punto muerto"


Todo se resume a, soltar. Es probable que si dejo de tener dependencias… varias, deje de tener esta sensación de “estar en punto muerto”.
Cierto es, que hubo un momento en mi pasado, que era necesario “parar” mi vida para prestar atención a algo esencial y de vital importancia en ese momento. Y, para no sentir que pasaba a segundo plano… mi vida, comencé a agarrar lo que se ponía en mi camino que no dificultaba seguir atendiendo aquello tan importante. Así es como llegué, sin darme cuenta, a seguir un patrón. Que me ayudó a llegar hasta aquí pero me dejó la sensación ésta de “estar en punto muerto”.
 
¿Qué hacer para que algo cambie y así, posiblemente dejar de tener esta sensación? Romper con aquellas dependencias que tengo ahora, soltar… soltar todo aquello que me hace pensar que: “estoy donde estoy, que he llegado hasta aquí… gracias a tal o cual cosa o persona”.
 
Y este soltar comienza primeramente, con mis hijos. Estuvo bien aferrarme a ellos cuando el dolor ocupó todo mi ser, dediqué todas mis energías y tiempo a sacarlos a delante por lo que mis sentimientos pasaron a segundo plano y así… todo fue cicatrizando lentamente hasta llegar a éste punto de ahora. Pero esa labor, toca a su fin y aunque, en todo este tiempo he ida ya soltando y soltando en cada momento lo que era necesario para que siguieran creciendo… ahora he de soltar del todo, no tanto para que terminen de ser ellos, como para mi beneficio, mi vida no tiene que seguir ya parada por nadie. Esto ya esta en proceso desde hace algo de tiempo, falta el hilo final que… me resisto a soltar. Por tanto, mi empeño y que la naturaleza hará lo demás, quiero decir, ellos seguirán su camino, ellos soltarán también, aquí queda poco para que ocurra lo que tiene que ser,
 
El tabaco, me estoy fumando el último cigarrillo. Ya ni recuerdo las veces que lo he intentado ¿Lo diferente a otras veces? Estoy harta de ser una esclava de algo, que encima… me perjudica, harta de perder el tiempo cada noche, en hacerme los cigarrillos del día siguiente, harta de estar pendiente de no quedarme sin tabaco ¡NO… HASTA AQUÍ!  ¿Para qué lo necesito? ¿Qué me aporta? ¿A dónde me lleva? Solo a sentirme débil, a pensar que soy incapaz de romper con algo que me coarta mi libertad y, lo más importante… ahora, quiero soltar, soltar todo lo que me tiene sujeta a… algo.
 
Facebook, si me pusiera a contabilizar todo el tiempo que me absorbe esta red social… seguramente, me sorprendería y mucho ¿Que me ha aportado mucho también? Cierto, pues gracias, no solo a esta red social, sino a Internet en general he aprendido y alimentado mi curiosidad. Además… de algo muy importante, he encontrado muy buena gente por aquí y, sobre todo a alguien que ya forma parte de mi vida, aunque aún no le conozca en persona y me refiero a mi buen amigo, ese que siempre sabe señalar hacia el lugar adecuado, que me escucha y anima y me ofrece tanto cariño virtual que hace sienta que yo también forma parte de su vida.
He igual que con mis hijos y con el tabaco, es cuestión de tiempo y creo que de poco tiempo ya… con mi dependencia a este medio… no será tan fácil soltar ¿Por qué? Porque puede que pierda mucho el tiempo por aquí pero, a la vez… cuánto de ese tiempo bien invertido, gratificante y que me ha aportado alegría, momentos buenos, muy buenos, de conexión con alguien y de sentir que no estaba tan sola.
 
Pero ahora ya, no es ese mi momento, ya no me siento sola, ya no tengo porqué seguir anclada a nada, puedo empezar a dar cuerda a mi vida y si, para ello… he de romper con este entorno que creé a mi medida, para que algo se mueva ... ahora, pues soltaré. Eso es lo que haré.
 
Y esto pensaba esta mañana, a estas conclusiones llegó, mientras le daba las últimas caladas a ese último cigarrillo, Lo que entonces no sabía, es que una conversación con ese buen amigo que quería tanto, le haría mirar hacia otra importante cuestión.
Esa tarde, con aquella conversación, empezó a vislumbrar algo que también sospechaba desde hacía ya mucho tiempo y una pregunta se acopló en su mente: "¿Realmente, el motivo para alejarme de este medio y de mi amigo… es querer soltar?"  Recordó exactamente qué fue lo que le dijo: “No creo que tengas dependencia de mi. Sólo creo que para soltarte de algo te has agarrado a otro algo. Pero vamos a ver que pasa” No se había agarrado a otro algo… llevaba mucho tiempo agarrada a algo que la hacía -o eso había creído hasta ahora- que la hacía sentirse segura en ese mundo que creó a su medida: Guardar la distancia con todo y frenar cuando alguien pasaba a ser importante en su vida. Ya lo había hecho otras veces, con amigas suyas, con amigas y amigos de sus hijos, con posibles parejas. Algo parecido a… “Si no entra nadie más a ser importante en mi vida, no tendré porqué preocuparme de mi estabilidad, ni sufriré o preocuparé por nadie más de los que ya están en mi vida”
 
Sorprendida de ese descubrimiento, que llevaba ya tiempo latente en su interior… volvió a coger el teclado para seguir afianzando el hilo de sus conclusiones.
 
 

martes, 30 de julio de 2013

No es melancolía

Tranquila, con su alma en calma y un espíritu fuerte, persistente y decidido, se sentó en la cama poniendo el teclado sobre sus rodillas y se dispuso, una vez más, a liberar de su mente aquello que se abría paso entre los pensamientos:
Llegados a este punto de mi vida, tengo en mi haber mucho aprendido aunque, no es nada para lo que me queda por aprender.
Esta mañana, al despertar, con la tranquilidad de no tener prisa, nada inmediato que hacer, pude dedicarme a dejar que mi mente, vagara con total libertad, aunque consciente del hilo de mis pensamientos, objetivándolos … me han llevado a algo que me dijo anoche, un buen y querido amigo: “Noto algo de melancolía en ti”. Mi respuesta fue que no, que estaba bien. No mentía, estoy bien… muy bien y una vez más, los comentarios de mi buen amigo… sirvieron para darme cuenta en qué punto estoy.
 El recordarlo me llevó a preguntar “¿Melancolía?” No, no siento melancolía. Aunque sí tengo la sensación que, desde hace tiempo… mi vida esta “En punto muerto” -Buscaba más adjetivos para expresar mejor mi sentir pero… es eso… sin más-. No es que no ocurran cosas en mi vida ¡Ya lo creo! A veces… preferiría que fuera algo más monótona. Si tuviera que buscar una constante en mi vida, quizá la más acertada sería esa: cambios, constantes, demasiado a menudo, que marcan diferencias. Pero… mi vida no es distinta a la de cualquiera, pues todo esta siempre en cambio. Tal vez, la diferencia esté en tener conciencia de que ocurren a tu alrededor. Sobre todo, si partimos de la base que nosotros mismo somos cambio constante. Por tanto…. ¿No es todo uno?.
 Antes, si algo cambiaba, podía desequilibrarme en mayor o menor medida, dependiendo de su transcendencia para con mi equilibrio como madre y pilar de nuestro hogar, así como para mi interior como persona. Ahora, en este instante de mi vida… ya no.
El darme cuenta de ello hacía que me desconcertara un poco, por pensamientos como éste: “A ver, te esta ocurriendo algo importante y que no puedes solucionar y… estas tan tranquila, no te agobias ni le das vueltas en tu cabeza al problema buscando salidas, solo pacientemente… prestas atención al momento, esperas, escuchas y… ya” Ese “Ya” me llevaba a una respuesta, desde que quité de mis pensamientos la idea que todo me ocurría a mi,  que mi vida era una constante lucha para resolver problemas… desapareció el agobio.
La respuesta a tal desconcierto es muy sencilla, si ahora se van resolviendo las cosas con la sensación de ser más fácil… no es porque haya dejado de buscar soluciones, porque pase o porque no les de importancia. El motivo es que he dejado de luchar contra mi entorno, he dejado de esforzarme en que todo salga perfecto, he dejado de empeñarme en ser la madre perfecta, el pilar perfecto de mi hogar, la trabajadora perfecta, la amiga perfecta y, por qué no incluirlo, imaginar que si vuelvo a tener a mi lado a alguien llegaría a ser la pareja perfecta para él ¿A qué buscar tal? ¡Si no existe! La perfección es una imagen en tu mente, nada más. La realidad es que somos… como somos y en cada instante… “Somos” dependiendo de tantas cosas que… es inútil y un derroche de energía, el empeñarte en ser otra cosa en cada instante que vives.
 Todos estos pensamientos me llevaron a dejar de desconcertarme cuando podía guardar la calma ante, fuera lo que fuera ocurriera y… a disfrutar de esa calma porque así todo era más sencillo, no digo fácil, un suceso en nuestra vida puede tener o no fácil solución en ese instante, y si no das con la forma de solucionarlo… ya ¿A qué darle más vueltas? Solo si estas alerta de lo que va sucediendo podrás hacer algo… si eso es lo que tiene que ocurrir.
 Vale, entonces si ya hace que llegué a estas conclusiones… ¿Por qué persiste la idea de “Estar en punto muerto”? Bien, porque nos guste o no, sea útil o no…. Pensamos y esos pensamientos nos llevan a unos sentimientos que, a su vez… nos lleva a un sentir interior. Esta claro ¿No? He de cambiar algo en mi interior porque, una vez conocido y analizado ese pensamiento… observo, descubro que algo… a de cambiar. Solo queda dar con ello, aunque… sospecho algo.
Abandonó el teclado encima de la cama y comenzó el día.