Estas y de pronto sientes esa mirada, quedas
atrapada en ella, provocándote sensaciones dispares. Te emociona, alegra, dejas
que tu ego se regocije y en ese mismo
instante… sientes temor, desconcierto, incertidumbre.
Olvidas, aunque su mirada… no. Esperas… ¿El qué?
- Debería hacer algo-. Te dices.
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